Siempre hablamos de lo importante que es proteger los derechos de la gente, como el derecho a la vida, la libre expresión, etc. Sin embargo, olvidamos otros que se consideran “menores” como el derecho a la privacidad y a poder usar nuestras posesiones como estimemos conveniente (mientras no perjudiquemos al prójimo). El software es uno de los mayores exponentes de este problema porque la mayoría es privativo.
El software privativo